Programación Neurolinguística | Cómo Alinear Niveles de Experiencia en los Procesos de Cambio
Guía para la Autoexploración y Desarrollo de Habilidades en el Cambio Personal
Niveles de Cambio Personal.“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras;
tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz”
Eclesiastés 3, 1:8
Niveles Neurológicos y el Cambio
Para comenzar a edificar el puente entre nuestro estado presente y nuestro estado deseado, es decir, entre la situación que estamos viviendo en el momento actual y nuestras metas o proyectos, podemos ser “un poco más explícitos” sobre cómo puede darse ese milagro que llamamos cambio. Darnos cuenta que tenemos diferentes niveles de experiencia nos facilitará a construir dicho puente.
Con frecuencia se habla de diferentes “niveles” de respuesta ante las cosas. Por ejemplo, alguna persona podría decir que una experiencia fue negativa en un nivel y positiva en otro.
En nuestra estructura cerebral, en el lenguaje y en los sistemas de percepción, existe una jerarquía natural o niveles de experiencia, siendo la función de cada uno de ellos, la organización y el control de la información en el nivel inmediatamente inferior. Si ocurriera un cambio en uno de los niveles superiores, esto significaría forzosamente un cambio en los niveles inferiores.
Sin embargo, un cambio en un nivel inferior no implicaría necesariamente un cambio en los niveles superiores. El origen de estos niveles fue desarrollado en la década de los sesentas por el antropólogo Gregory Bateson, quien propuso una categorización de diferentes niveles neurológicos para el cambio y el aprendizaje en los seres humanos. Mencionaba que cada uno de ellos era más abstracto que el anterior, sin embargo, con un mayor impacto sobre la persona.
Más adelante, el investigador y científico Robert Dilts, basándose en dicha categorización, desarrolló lo que hoy se conoce como niveles lógicos o neurológicos.
Según la Programación Neurolingüística (PNL), estos niveles de nuestra experiencia están incorporados en forma de circuitos neurológicos, donde cada nivel moviliza un espectro sucesivamente más profundo, abstracto y amplio de “cableado neurológico”.
El cuadro siguiente describe estos conceptos:
Descripción de Niveles Neurológicos del Cambio
Contexto, Entorno o Ambiente.
En este nivel nos interesa el dónde y el cuándo, y nos permite revisar si el contexto o medio ambiente que habitamos establece condiciones que facilitan u obstaculizan nuestros procesos de cambio. Nuestra capacidad para percibir el contexto o entorno es un nivel de experiencia que implica una parte precisa del sistema nervioso. Nuestra tarea consistiría en hacer los ajustes que consideremos necesarios acorde con nuestra realidad.
Conducta y/o Comportamiento Primordialmente, este nivel se concentra en qué hacemos. Nos permite indagar lo que hacemos con nuestras relaciones inter e intrapersonales y con la comunicación interna y externa.
La comunicación interna incluye los pensamientos, fantasías, imágenes y toda clase de experiencias que vivimos en nuestro interior. En lo que respecta a la comunicación exterior, ubicamos las palabras, el tono de voz y el lenguaje corporal principalmente, con los que nos manifestamos ante los demás.
Habilidades y/o Capacidades
Este nivel tiene que ver con nuestras habilidades mentales e intelectuales. Aquí podemos seleccionar, modificar y adaptar un tipo de conducta a una serie más extensa de situaciones externas. Se refiere a cómo estamos percibiendo y dirigiendo nuestras acciones. Existe la capacidad inherente en todos los seres humanos para desarrollar una gran cantidad de potencialidades. Entonces, ¿por qué no permitimos que dicho potencial se manifieste y exteriorice?
En la medida en que despleguemos y desarrollemos nuestras habilidades, mayores serán las posibilidades de lograr nuestras metas y proyectos, y con ello una gran satisfacción personal que nos predisponga a enfrentar con mayor valentía cualquier desafío que la vida nos ponga en el camino, y abrirnos a un proceso de cambio y desarrollo más completo.
En este nivel nos corresponde explorar si estamos desplegando nuestro máximo potencial de que somos capaces o nos limitamos a realizar únicamente actividades rutinarias con las cuales, tarde o temprano experimentamos una especie de vacío interior, caracterizado por una sensación interna de insatisfacción ante la vida.
Creencias
Este nivel es quizá, la piedra angular de los niveles lógicos. Son la energía que nos impulsa o mueve hacia algo. Responde a la pregunta ¿por qué?, ¿por qué pensamos lo que pensamos? Muchas de las maneras de responder a las diversas situaciones que la vida nos presenta son dictadas por nuestras creencias. Estos patrones de conducta conforman una orientación y una postura existencial total ante la vida.
Las creencias no necesariamente se basan en un marco lógico. Incluso, muchas de ellas muestran una notoria falta de respuestas lógicas y no intentan coincidir con la realidad. Más bien sucede lo contrario, nosotros intentamos ajustar la realidad a nuestras creencias. Ellas representan uno de los más importantes marcos de referencia para nuestra conducta: cuando realmente creemos algo o en algo, nos comportamos congruentemente con esa creencia.
Cada uno de nosotros tiene su propio sistema de creencias que hasta cierto punto marcan y determinan qué podremos manifestar durante nuestra existencia. Con frecuencia, las personas que desarrollan sus habilidades, lo hacen por que creen que pueden y se dan permiso de actuar en consecuencia a lo que quieren, y lo que hacen tiene un significado importante.
De acuerdo a Robert Dilts, Tim Hallbom y Susi Smith, autores del libro “Creencias, caminos hacia la salud”, son necesarias algunas creencias para alcanzar un estado deseado:
1. Expectativa del Resultado. Lo cual significa que las personas realmente creen que es posible lograr lo que se propongan en cualquier contexto.
2. Expectativa de Autosuficiencia. Significa que aparte de creer que el propósito es alcanzable, también creen que ellos son capaces de lograrlo.
Ambos tipos de creencias son indispensables para tomar acciones que nos lleven al logro de nuestros proyectos o metas.
Adicionalmente, otra característica de las creencias es que las personas piensen que se merecen lo que quieren o desean. Por ejemplo, en el ámbito de la salud, la persona sana suele tener la convicción de merecer la salud, mientras que el enfermo cree no tener derecho a ser sano y feliz. Lo interesante se da cuando alguien cambia realmente una creencia, una amplia gama de cambios se realizan en su vida (forma de comunicarse con los demás, forma de ver los acontecimientos, estilo de vida, tipo de alimentación, hábitos de ejercicio, etc.).
Cuando las creencias son negativas o limitantes, bloquean nuestras habilidades naturales para cambiar, para estar sanos. Y cuando son positivas e impulsoras nos pueden ofrecer un fascinante mundo de recursos y posibilidades que nos hacen más fácil el experimentar el bienestar y la felicidad.
Valores
Responde a las preguntas: ¿por qué hacemos lo que hacemos?, ¿qué es lo importante para mí? Las creencias son la energía que nos mueve o impulsa, los valores son el volante o el timón que nos guía en determinada dirección. Aquello que es importante para cada uno de nosotros es lo que nos marca, en muchas ocasiones, la dirección de nuestra vida. Y más importante que tener una jerarquía de valores, lo es reconocerlos como un sistema interactuante en el cual, dependiendo del contexto y de las circunstancias mismas, surgirán unos u otros para llevarnos en una dirección determinada.
Identidad
Este nivel contesta a la pregunta “¿Quién soy?”. En nuestro medio pocas veces se habla con seriedad acerca de nuestra identidad y por lo tanto es poco fácil contestar con profundidad a este cuestionamiento.
Jan Prince y Sally Chamberlain, autoras del libro “From the inside out”, mencionan cuáles son los componentes en una identidad sana:
1. Límites Sanos. Identificar los límites propios de cada uno de nosotros, permitiendo la intimidad.
2. Autoapreciación. Un sentido de gustarnos a nosotros mismos, disfrutar de nuestra propia compañía. Tiene estrecha relación con el concepto de autoestima.
3. Autorrespeto. En cuanto a nuestra propia conducta y pensamientos.
4. Atención Dirigida. Un sentido de dirección o finalidad que da un significado a nuestra vida.
5. Conocimiento de Historia Personal. Entendimiento de nuestras raíces, historia, ascendencia y pasado.
6. Comunidad. Sentido de ser aceptado por aquellos con quienes interactuamos, sentido de ser apropiado, un sentido de compasión hacia otros.
7. Conciencia de Sí Mismo. Conocimiento de sentimientos, deseos y necesidades propios.
8. Espiritualidad. Un sentido de misión, trascendencia o conexión con algo más allá de sí mismo.
Las personas con estas características, normalmente ya han invertido algún tiempo en su autoexploración, habiendo aprendido a desarrollar en su medio, sus habilidades y capacidades. Por otro lado, las personas que ni por asomo hayan revisado dicho proceso, no tendrán una idea concreta acerca de su identidad. Incluso sentirán una sensación de vacío existencial, aun cuando no lo reconozcan abiertamente.
Espiritual
Es el nivel de experiencia más alto y en él nos interesa conocer nuestro sentido de trascendencia y misión. Este nivel responde a las preguntas: “¿A qué he venido a este mundo?”, y “cuándo me vaya de este mundo, ¿qué habré dejado en él?”, Se refiere también a un sentido de pertenencia y conexión con algo más allá de nosotros y nuestro contexto o entorno físico inmediato. ¿Quién y qué más existe en el sistema más amplio?
Por lo tanto, cuando tenemos claros nuestros proyectos, y estos están alineados con respecto a nuestros niveles lógicos, creamos una sinergia interna, con la cual nuestra energía fluye libremente y podemos hacer más con menos.
Lo importante de este esquema de niveles neurológicos consiste en que estén alineados. Cuando no lo están, se vuelve algo muy evidente ante los ojos de los demás pues no somos congruentes entre lo que pensamos, decimos y hacemos.
La Programación Neurolingüística nos facilita una metodología mediante la cual podemos alinear dichos niveles. Cuando llevamos a cabo esto, algo sucede en nuestro interior que nos permite ser congruentes en nuestro actuar, haciendo más con menos y volviéndonos más conscientes de nuestro papel como seres humanos, como empresarios o ejecutivos, como padres de familia, transformándonos en seres trascendentes, dejando huella…